7.06.2012

Cosas de mi mente vertiginosa



Escribo por pensar...Por hablar conmigo mismo....Por elogiar...Por sentirme vivo...Por agradecer...Sin querer nunca imitar y mucho mejor irrespetar...Estas solo son cosas de mi mente vertiginosa...

Incertidumbre…

Dudando, perdiéndome
¿Para qué?
Si aunque sea certera una palabra
Otra es tan perpleja.
En ese limbo pienso todas las noches
Me despierto en penumbras, a hablar con mi espíritu,
Terco de seguir enfrentándose a mi mundo
Apasionado, loco, inhóspito, austero.

Incertidumbre, de beber sin saber
De respirar un humo que pareciera aliviar el alma
Cuando en realidad alimenta más mis ansias y mi necesidad.
Y de pronto todo lo tengo en mis manos
Pero es arena, diminuta como la mente mediocre
Que se escapa entre los dedos y no se cierne.

Luego encuentro cosas que no se han perdido
Secretos que pululan en la obviedad de mi piel tartamuda
Mis ojos intactos y mis oídos… mis oídos que me gritan
Y me convidan a creer en humanos.

Y me obligo a callar, a no perder el halito de voz que me queda
Que no se pierda en mis contrariedades
En mis piernas que se cansan sin correr
En mis sienes que se deshabitan fugaces.

Vuelvo entonces casi al principio
Y me encargo de que el retorno sea tardío
Meticuloso, sereno, calculador, político
Y sin salida ahí estoy, de nuevo
Creando una vejez obvia y fatal.

 Sin creer en los hechos de mi carne
Ni en incendios que he causado sin fuego
Ni los objetivos alcanzados sin merito
Ni los días de todo por nada
O en las noches de sueño sin Morfeo

Y me despierto, con un golpe infinito
Y aturdido, viendo de nuevo mi mundo
Dudando, perdiéndome
Sin más razones
Solo con la extensión de mi sangre
Que se abraza apacible bajo mis pies
Y que me empujará hasta mi fin.



Ahorrando Moneditas.

Se van por la hendija
de un molde animalesco de barro
sueños de cobre sin precio.
sin alma, sin dolor.

Sale de un bolsillo al día
la guita, el cash, la money,
plata redonda y sonante
una tras otra, encarcelándola,
para convertirla en futuro.

Vivo así, ahorrando moneditas
creyendo en su brillo
como en los ojos de un amor sublime,
como en el incansable mundo,
en un afán de llenar un vacio
de cosas sin sentido
de olvido fundido
de razones talladas
de rostros acuñados

Son los pesos que sobran
los que quedan inertes
recuerdos vanos
canciones pasadas
pasiones sin valor
odios
palabrerías
tentaciones indiscretas
consecuencias inconclusas

Centavos de migajas
que se aferran a una alcancía mediocre
que al romperse en el silencio
el eco cuenta cada sueltico de la vida
con moneditas esparcidas en el tiempo
mal gastándolas después
en sucesos cantineros y bohemios
cual otario sin saber de sí.


Música

Quiero llenar mi pecho de música, hasta alcanzar los huesos, que los ancestros retumben, que la lirica estalle, y las aves canten en mi sangre…y mi voz en silencio susurre en la piel. Que los tonos se vayan por las venas, y el corazón se infarte con operas del cielo.

Música de mi alma, que de vez en mes te pierdes en los tímpanos profundos. La que espero, en cuerdas de una guitarra vieja recostada, dormitando y soñando sinfonías infinitas, aferradas a las manos serenas que la pretenden en las noches.

Dime, música, donde? Tangos…Donde? Blues…Cual? Melodía…Que instrumento? puede volver a mi algún día, a prepararme, a invadir mis fibras, mis lagrimas.


Creerse Poeta

Pretendo ser poeta
uno inesperado
sorprendido, minucioso
y robarle letras a una estrella

Quitarle palabras al jazmín
entorpecer con adjetivos alguna mirada
adueñarme de sol y la luna
y envolverlos en lenguajes Nerudianos

Pretendo ser poeta, uno ladrón
Comprometer mi inocencia
encarcelar mi escritura
plasmas en susurros pintados
mis sueños vertiginosos
condenarlos cantados con liricas sin compasión

Pretendo ser poeta, uno silencioso
llenar de sustantivos un zurrón
mostrar el viento invisible
y calcar en el agua con lapislázuli un pez trovador.

Pretendo ser poeta, uno profano
y levantar las tumbas de Borges y Mistral
Para que me reprendan a fuego y sal
y no querer jamás liar con versillos
el amor a la lluvia
mi cuerpo a la noche
la flor y el mar.


Atardecer de invierno

Quisiera escribir algo, 
que sea poético, 
que sea romántico, 
y busco razones para algunos versos.

Y Veo tras la ventana como el atardecer calla la boca de un invierno voraz anunciado y supuesto, 
de colores infinitos, 
sublimes, 
marcianos, 
volcánicos.

Y sin embargo sigo buscando inspiración para escribir algo, poético, romántico.

Y me confundo entre mi música, mi mente, y los demás azules, grises y blancos luminosos, que se van quedando en el crepúsculo.
Solo veo fuego a lo lejos, 
tan cercano, 
y son nubes bailarinas, 
asimétricas, 
vibrantes, 
que se pierden sin hablar, 
ingratamente pasajeras
como en busca del sol que las atrae.

Y escribo, pensando aun en algo, no sé si romántico o poético
Y se bordan con hilos rojos, naranjas y dorados
las montañas que naturalmente declinan hacia el valle
Y el techo de la ciudad se pincela y se desvanece

Y me quedo con el génesis de una noche purpura
sin inspiraciones 
ni románticas, ni poéticas
con el lienzo del cielo
el pincel del universo
y mi pluma, que se queda con este atardecer irónico de invierno que ya se fue.







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